la única forma de proteger nuestros termos es con un ánodo de sacrificio o de magnesio, el sistema es muy sencillo, para evitar la corrosión disponemos de un elemento más sensible que este y que absorberá la reacción química que se produce durante la oxidación, de esta forma son ellos los que sufren la corrosión mientras el elemento al cual protegen permanece en perfecto estado. que existen en los calentadores eléctricos y acumuladores de agua caliente sanitaria.
El mantenimiento del ánodo de sacrificio, es muy simple si se tiene acceso al ánodo desde el exterior, aunque no suele ser lo habitual, con lo cual deberemos abrir el termo, normalmente por la parte inferior para acceder a el y observar que se encuentra en buen estado, si no fuera el caso, lo mejor sería sustituirlo, un ánodo de sacrificio gastado va a provocar que a la larga sea el termo el que sufra la corrosión e inevitablemente acabe destrozado.
para sustituirlo tan solo debeis seguir estos pasos:
1. Desconectar el termo de la red eléctrica.
2. Cortar la entrada del agua
3. Abrir un grifo de agua caliente para vaciar el termo .
4. Cerrar la llave de paso de la salida de agua caliente.
5. Vaciar el termo hasta la altura a la que se encuentre el ánodo
se recomienda realizar esta operación anualmente por seguridad, el periodo de resistencia de un termo variara dependiendo de la dureza del agua.
fuente: termo electrico
y por supuesto la web de calefaccionycaldera.com
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